Ejercicio físico y sus beneficios contra el cáncer

 
Hace unos días saltaba la noticia publicada en el British Medical Journal de que el ejercicio físico tiene una eficacia terapéutica potencialmente tan eficaz como los medicamentos en la prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
Se observa cada vez más un paralelismo entre los factores de riesgo cardiovascular y el riesgo de padecer cáncer, por lo que posiblemente al modificar en sentido positivo nuestro estilo de vida podemos intervenir en una mejora en ambos grupos de enfermedades.
Son muchos los estudios que están confirmando los beneficios del ejercicio físico en el cáncer, arrojando interesantes conclusiones. El ejercicio es una de las medidas más significativas que se pueden tomar para protegerse de muchos tipos de cáncer. Hasta una tercera parte de las muertes vinculadas al cáncer en dos de los tipos de cáncer más comunes, el cáncer de mama y de colon, están relacionadas con la obesidad y con un estilo de vida sedentario.
El ejercicio también puede jugar un papel muy importante en la prevención del cáncer. La mayoría de los cánceres son producto de factores relacionados con el estilo de vida, y no tanto con la genética. Reducir el  perímetro abdominal se relaciona con un menor riesgo de padecer cáncer de mama. Más de 24 estudios han demostrado que el riesgo de cáncer de mama de las mujeres que hacen ejercicio es de 30% a 40% menor que el de las mujeres con un estilo de vida sedentario. Los estrógenos (hormonas femeninas) juegan un papel muy importante. Las mujeres con altos niveles de estrógenos en la sangre tienen un riesgo mayor de cáncer de mama. Como con el ejercicio se disminuyen esos niveles en sangre, consecuentemente se produce una disminuición en el riesgo. El ejercicio también reduce la insulina en sangre, factor conocido que también contribuye al desarrollo del cáncer.
Incluso las mujeres post-menopáusicas tienen que preocuparse por el estrógeno porque sus células grasas producen dicha hormona. Las mujeres que hacen ejercicio de forma regular tienen menos grasa y, por lo tanto, producen menos estrógeno. Cada año se descubren más de 20.000 casos nuevos de cáncer de mama en España. La prevención del cáncer mediante el ejercicio es una de las mejores maneras de tomar el control de su salud. De todo lo anteriormente expuesto nace “Women in Motion”, un proyecto de investigación pionero en Europa, realizado por el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con la Asociación de Cáncer de Mama de Madrid (ASCAMA). Este programa tiene como objetivo estudiar la influencia del ejercicio aeróbico moderado en la calidad de vida de las mujeres con Cáncer de Mama.

El ejercicio juega un papel muy significativo en la prevención del cáncer de colon y recto. Es alentador saber que más de 36 estudios demuestran que las personas que se ejercitan reducen su riesgo de cáncer de colon en un 20% o más, en comparación con aquellas que son sedentarias. Los beneficios del ejercicio pueden notarse tanto en hombres como en mujeres, aunque el efecto es más significativo en los hombres.
Se cree que los cambios en los ácidos digestivos y otras sustancias que se producen con el ejercicio ofrecen un tipo de protección contra el cáncer de colon. La reducción de la grasa corporal, la insulina y otros factores de desarrollo del cáncer también podrían contribuir a la reducción del riesgo de cáncer de colon en quienes hacen ejercicio. Los estudios recientes revelan cómo la actividad física disminuye el riesgo de cáncer, desde la reducción de la inflamación crónica hasta la mejora en la reparación del ADN.

Pero ¿cuánto ejercicio es necesario realizar? Una buena meta de ejercicio es 30 minutos al día, casi todos los días de la semana. Para obtener más beneficios aún, es bueno el ejercicio moderado durante una hora al día. Las actividades de intensidad moderada, como caminar a paso vivo, podría ser suficiente.

¡Es mucho más fácil de lo que cree! Media hora de actividad física diaria, como caminar, nadar lentamente o hacer recorridos lentos en bicicleta puede ser un buen comienzo. Esta lista muestra más maneras de ser más activo:
  • Use las escaleras en lugar del ascensor.
  • Camine o monte en bicicleta para llegar a su destino. Dé una pequeña caminata después de comer.
  • Haga ejercicio a la hora del almuerzo con sus amistades o amigos.
  • Salga a bailar. Además de hacer ejercicio es una buena actividad lúdica y se divierte.
  • Use un podómetro todos los días y observe el aumento en los pasos que da. Póngase un objetivo diario de pasos a alcanzar.
  • Apúntese a un gimnasio o centro deportivo.
  • En lugar de enviarles correos electrónicos a sus compañeros de trabajo, camine para visitarlos.
  • Monte en una bicicleta estática o haga ejercicios abdominales, suba y baje las piernas o haga sentadillas mientras mira televisión.
  • Aparque lejos de la oficina, tienda o biblioteca y regálese una buena caminata.
  • Cuando haga mal tiempo como para estar al aire libre, camine con un amigo en un centro comercial.
  • No haga el mismo tipo de ejercicio todo el tiempo porque terminará por aburrirse o considerarlo como una tarea más.
Muchas veces las personas consideran el ejercicio estrictamente como una alternativa para perder peso o verse mejor. Estos incentivos podrían ser efectivos, pero con el ejercicio se trata realmente de tomar las riendas de su salud evitar enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Pero el ejercicio no sólo sirve para prevenir, también sirve para todos los pacientes oncológicos en curso de tratamiento activo (si su estado no está demasiado deteriorado, claro está). Numerosos estudios han sugerido que el ejercicio, desde intensidades suaves a moderadas, tiene muchos beneficios para personas con cáncer. Algunos de estos beneficios incluyen: incrementos en la función cardiovascular, pulmonar y muscular (a raíz de un incremento en el consumo de oxigeno), volumen de eyección cardiaca, volumen minuto cardiaco, vascularización muscular, circulación linfática, ritmo metabólico, tono muscular, fuerza, coordinación y balance. Durante el tratamiento contra el cáncer, la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía puede causar efectos duraderos muy positivos a varios tejidos biológicos. Pongámonos pues todos las pilas, prescribamos ejercicio y busquemos cualquier motivación para movernos de la silla. 
Les dejo con dos videos motivadores y francamente originales sobre el ejercicio que circulan por la red. Aunque están realizados por conocidas marcas comerciales no recibo patrocinio por ninguna de ellas. Simplemente las pongo como una forma divertida de motivarse a hacer ejercicio. Les aseguro que le provocarán la sonrisa.
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Dieta y cáncer: Recomendaciones en cáncer de próstata 4.78/5 (184)

El cáncer de próstata se ha convertido en uno de los tumores más prevalentes en la población masculina. Cada vez más, se observan evidencias de la relación existente entre la aparición de este tumor y la influencia de la dieta. Para empezar diremos que en pacientes obesos o con sobrepeso y cáncer de próstata la pérdida de peso puede reducir la agresividad del cáncer de próstata.

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Dieta y Cáncer: Introducción.

Otro de los grandes propósitos cuando llega el nuevo año y tras las fiestas navideñas, siempre celebradas alrededor de comida altamente energética, es ponerse a DIETA.
¿Tan importante es estar en NORMOPESO para el cáncer? La respuesta es SI, pues cada vez existen más evidencias de la relación entre OBESIDAD y CÁNCER, especialmente en los tumores hormonodependientes y que tienen una gran prevalencia: cáncer de mama y útero en la mujer y cáncer de próstata en el varón. También se ha detectado la relación entre un mayor consumo de determinados alimentos y determinados tipos de cáncer, como por ejemplo se ha relacionado un mayor consumo de carnes rojas con el cáncer de colon, o los ahumados y salazones con el cáncer de esófago y estómago.
Parece pues razonable que si seguimos los consabidos hábitos dietéticos saludables y nos mantenemos en normopeso podemos conseguir prevenir un número importante de tumores.
No sólo la alimentación es importante en la PREVENCIÓN del cáncer, lo es durante los TRATAMIENTOS oncológicos y en los pacientes SUPERVIVIENTES al cáncer.
De muchos es sabido que hay determinados tipos de tumores, como en cáncer de pulmón, el cáncer de cabeza y cuello, el cáncer de esófago, estómago y páncreas que pueden inducir a una importante pérdida de peso, llegando incluso a estar en riesgo de desnutrición o a la temida CAQUEXIA. Ello se debe en parte a un mayor consumo energético por parte del propio tumor, unido a una dificultad para alimentarse o para absorber los nutrientes y a los efectos secundarios de los tratamientos: cirugía, quimioterapia y radioterapia. En estos casos se hace necesario intentar no perder más allá de un 10% del peso e intentar mantenerse en un peso razonable, pues la sensación de bienestar es mayor, se toleran mejor los tratamientos, disminuyen el número de complicaciones derivadas de los mismos, aumentando así los índices de curabilidad. Su médico le deberá indicar aquellos consejos dietéticos y/o suplementos necesarios para conseguir el objetivo de no desnutrirse.
No menos importante es la realización de EJERCICIO FÍSICO moderado diario de unos 20 a 30 minutos/día. Cada vez hay más estudios que corroboran que la dieta unida a la actividad física mejora la calidad de vida de los pacientes y ayuda a una más pronta recuperación. Un ejemplo aquí.
Resulta una buena inversión en SALUD y BIENESTAR plantearse mejorar nuestro estilo de vida y adecuarlo a lo que nuestros GENES nos tienen programados, pues el comer en EXCESO, el SEDENTARISMO y el ESTRÉS, no hacen sino incrementar el riesgo de contraer esta y otras muchas enfermedades. 
Aquí un video clarificador de lo que he comentado.
¡FELIZ DIA DE REYES!

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