Alopecia
- Usar un champú suave, para bebés por ejemplo.
- No lavar el cabello todos los días ni frotar enérgicamente.
- Sé que el cabello con pequeños toques para impedir que se dañe
- Utilice un peine suave y péinese con delicadeza
- Proteja el cuero cabelludo del sol cuando está el aire libre con protector solar, sombrero o pañuelo.
- Cúbrase la cabeza en los meses de invierno para el cuerpo no pierda calor
- Evite usar secador de pelo con aire muy caliente.
- Evite realizarse guarecerse el cabello con productos químicos
- Evite el uso de tintes permanentes o semipermanentes
- Hable con su equipo de atención médica antes de utilizar cualquier crema, loción para el crecimiento del pelo o tomar vitamina B o biotina.
Relato de invierno: La consulta sagrada
Cineterapia Oncológica: Truman. 2015. España-Argentina. Cesc Gay.
Cesc Gay, director de la película, nos confiesa que comenzó a gestar la narrativa de la película en el momento que tuvo que acompañar a un ser querido durante el proceso de su enfermedad. Dice que le sirvió de terapia, como una forma de exorcizar su dolor. Comprendo a la perfección estas palabras porque los acompañantes de la enfermedad oncológica también sufren y viven una situación de vulnerabilidad a la que necesitan hacerle frente y exige un trabajo no siempre fácil. Contar esta historia con la suficiente sensibilidad, pero sin excesivo dramatismo y amargura conlleva a emplear algún elemento humorístico de contrapeso sin entrar tampoco en la frivolización de un asunto de estas características. Afortunadamente ese equilibrio de elementos tan contrapuestos se plasma en el filme. El propio director lo define como una película que “llora por dentro pero reconcilia por fuera”.
Tomás acude al encuentro de su amigo Julián con el objetivo de ayudarle, acompañarle y darle muestras de una amistad con mayúsculas. Durante la película ambos personajes crecen, traspasan la pantalla y se convierten en gigantes. Julián ha decidido no proseguir con el tratamiento y admite su condición sin ambages. Realiza con su amigo una reflexión sobre lo que ha sido su vida y de cómo quiere que acabe. En este ejercicio de introspección Julián nos regala escenas preciosas en las que sale a relucir el magnífico libro de Elisabeth Kubbler Ross “La muerte: un amanecer”, el fenómeno de la conspiración del silencio a la hora de reencontrarse fugazmente con su hijo en Amsterdam, la preparación de su propio funeral entrando en la tesitura entre el entierro o la incineración, las situaciones del qué dirán en bares o restaurantes donde se cruza con conocidos o el curioso hecho de visitar al veterinario para preguntarle cómo se adaptará su perro Truman a su muerte y buscarle unos dueños adoptivos.
Tomás se queda atónito, pensativo, observando sin palabras las diferentes reacciones de su amigo Julián al que encuentra entero y entiende que le está dando toda una lección de vida. Tanto es así que finalmente Julián opta por pedirle a Tomás que se lleve a su fiel compañero Truman con él a Canadá antes de darse el definitivo adiós. Una forma de entregarle un legado a su amigo, un perro que se ha convertido en hilo conductor durante esos cuatro días de reencuentro y despedida.
Se trata de una buena película, pero como tal también carece de algún detalle realista bajo mi prisma como médico, pues Julián no sufre ningún signo físico externo que le haga sospechar que está enfermo: no se fatiga, no tose, no tiene dolor, come bien e incluso tiene buena cara, algo que no es habitual en las fases avanzadas de la enfermedad. También me llama la atención la actitud fría del médico que le atiende al que se le interpreta con un lenguaje corporal huidizo, carente casi de empatía o diálogo y quizá demasiado ponderado, cuyo único gesto humano es ofrecer una tímida palmada en el hombro.
Truman es una película que ha sido galardonada ampliamente con cinco Premios Goya, dos Premios Feroz, dos Conchas de Plata en el Festival de San Sebastián, seis Premios Gaudí, dos Premios Cinematográficos José María Forqué, cinco Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos y un Premio Fotograma de Plata.
Truman aporta una mirada auténtica, fresca y transparente de lo que supone el afrontamiento ante la propia muerte, liberando prejuicios o miedos, cuestionando determinadas actitudes pasadas, haciéndose preguntas que no encuentran una buena respuesta, buscando finalmente ese sentido y trascendencia que todos anhelamos en ese final. Una película a todas luces recomendable.
Equipos de Atención Psicosocial
Unos buenos Cuidados Paliativos son un buen índice de calidad asistencial y deberían existir en cualquier punto de nuestro país. Desafortunadamente todavía no existe una especialización médica en esta materia como sería deseable, pero contamos con grandes profesionales que a diario trabajan por llenar esta faceta importante de la Medicina. Contamos para ello con Unidades de Cuidados Paliativos domiciliarias u hospitalarias en algunos casos, con Equipos de Soporte en Atención Domiciliaria (ESAD), con Hospitalización a Domicilio o con Equipos de Atención Psicosocial (EAPS).
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de los Cuidados Paliativos desde un enfoque de mejora de Calidad de vida de pacientes y familiares que se enfrentan a situaciones comprometidas con la vida. Gracias a ellos se previene o se alivia el sufrimiento acompañante en este tipo de situaciones, por medio de una identificación precoz de síntomas como el dolor, otros problemas físicos invalidantes, el malestar emocional, aspectos psicosociales o espirituales.
Desde 2008 la Obra Social “La Caixa” en colaboración con el Ministerio de Sanidad y el aval de la OMS ha desarrollado la creación de un Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas, entre las que se encuentra en un número importante, los enfermos oncológicos. Desde los Equipos de Atención Psicosocial (EAPS), se ofrece ayuda psicológica, social y espiritual que complementa a la asistencia sanitaria como tal. Tratan asimismo de generar evidencia científica a través de una exaustiva recogida de datos y evaluación de los casos tratados para obtener el “feedback” necesario para ser más eficaces y eficientes.
Este Programa cuenta ya con 42 EAPS por todo el territorio español. Hace poco más de un año se constituyó uno en Burgos donde resido. Son entidades sin ánimo de lucro especializadas y que están presentes ya en las dicisiete Comunidades Autónomas. Desempeñan su labor tanto en el ámbito hospitalario como en el domiciliario. Se tratan de equipos multidisciplinares compuestos por psicólogos, médicos, enfermeros, trabajadores sociales, agentes pastorales y voluntarios. Estos equipos reciben además formación continuada, soporte y seguimiento.
Sus resultados son analizados por la Dirección Científica del Institut Català d’Oncologia (ICO), demostrando una tendencia estadísticamente significativa de mejora de aspectos emocionales tras la intervención de los EAPS. Los niveles de ansiedad, tristeza y malestar se reducen, redundando así tanto en los pacientes como en los familiares que se sienten acogidos y reconfortados.
La finalidad de los EAPS es mejorar la calidad asistencial de los Cuidados Paliativos, mediante el refuerzo de la asistencia psicosocial, en colaboración con los equipos asistenciales receptores. Se integran asimismo los aspectos espirituales que permiten al paciente y a sus familiares afrontar serenamente el proceso final desde un respeto máximo en las creencias y convicciones de cada caso. (Véase esta interesante guía al respecto publicada). Se ofrece atención a todas las personas afectadas por la pérdida de un ser querido cuando lo requieran o lo soliciten. Hay un especial interés en ofrecer apoyo específico a los profesionales sanitarios que trabajan en estos temas para la comunicación de situaciones difíciles y la gestión del propio estrés.
El voluntario también juega un papel importante en los EAPS pues puede ofrecer respuesta a las necesidades sociales de las personas enfermas y sus familiares, a través del acompañamiento. La participación de los voluntarios y la integración en estos equipos se considera un principio básico de modelo de atención en cuidados paliativos. El voluntariado añade un valor de carácter humano y realiza junto con los profesionales aportaciones complementarias en la atención el final de la vida contribuyendo dar respuesta a las necesidades personales, sociales y familiares.
Existe también un espacio llamado ExpoCaixa Atención Integral que trata de lugares pensados especialmente para que las personas que estén ingresadas y sus familiares puedan relajarse, descansar y disponer de un entorno íntimo, tranquilo y acogedor que les haga sentirse como en casa. La puesta en marcha de un proyecto de este tipo supone una poderosa herramienta para la mejora de la calidad de vida de las personas enfermas y sus familiares. Actualmente existen cinco espacio espacios de atención integral ubicados en centros sanitarios:
– Consorcio Sanitario del Garraf (Sant Pere de Ribes)
– Hospital San Juan de Dios (Santurce)
– Fundación Instituto San José (Madrid)
– Complejo asistencial de San Camilo (Madrid)
– Hospital Universitario los Montalvos (Salamanca)
A parte la Obra Social La Caixa ha desarrollado para las personas que acuden a este Expocaixa de Atención Integral, una serie de actividades que potencia la la comunicación, la relajación, la creación, el recuerdo o la meditación.
Les dejo con este video informativo sobre esta interesante y comprometida iniciativa social.