La Hucha de Tomás 5/5 (1)

Les quiero contar una historia entrañable y muy emotiva. Tomás fue un niño que padeció un particular tipo de linfoma, un linfoma de Burkitt. Tras dos años y medio de tratamientos, Tomás falleció de su enfermedad en 2009. Durante el tiempo que convivió con la enfermedad, Tomás atesoró en su particular hucha todo aquel dinero que le regalaban. Cuando Tomás falleció, su hucha contenía 752 euros. Esta cantidad fue el punto de partida de un proyecto de investigación en Oncología Pediátrica que tuvo a bien llamarse como “La Hucha de Tomás”. 
Este proyecto en el que está colaborando ASION (Asociación de Padres de Niños con Cáncer) puede revolucionar la forma en la que se diagnostica, se investiga, se trata y se previene el cáncer, además de proporcionar una última esperanza a los niños enfermos. Bajo la dirección del  Dr Javier Alonso, Jefe del Área de Genética Humana del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras, centro perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, se utilizarán las técnica de Secuenciación Masiva y otras técnicas de análisis genético, para realizar estudios personalizados de casos seleccionados de cáncer infantil recurrentes y con mal pronóstico. El fundamento del proyecto es cruzar la información específica del enfermo obtenida mediante secuenciación masiva y otras técnicas, con las bases de datos de medicamentos, así como con publicaciones científicas. El objetivo final, es ofrecer al médico clínico un informe comprensible sobre las características genéticas  específicas del tumor y las alternativas terapéuticas que existen.
El proyecto en cuestión se le conoce con el nombre de P4CP, siglas que hacen referencia a un nuevo concepto de medicina Personalizada, Predictiva, Preventiva y Participativa en Cáncer Pediátrico. Este proyecto se encuentra es estos momentos en fase de validación, y esperamos que esté plenamente operativo en el primer trimestre del año 2014.
Supone todo un reto en este complicado entramado oncológico, pues hemos de pensar que los tumores infantiles se encuentran huérfanos de investigación al tener una baja prevalencia, a diferencia de los tumores en adultos El apoyo, la generosidad y la solidaridad hacia esta causa puede ofrecer una última esperanza a los niños con cánceres recurrentes y con mal pronóstico.
Más información en www.lahuchadetomas.com

Les dejo con este video sobre este bonito proyecto.

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Máquina rota

Una frase habitual de los pacientes que acuden a tratamiento en un Servicio de Oncología Radioterápica es: “Hoy no me pueden tratar porque la máquina está rota”. La máquina en cuestión es el acelerador lineal de electrones y para muchos da la sensación que se “rompe” muy a menudo. Voy a tratar de explicar las diferentes circicunstancias y las más comunes que hacen que nos veamos obligados a no tratar a nuestros pacientes.

Los aceleradores lineales de electrones poseen una tecnología cada vez más sofisticada. Esta sofisticación en principio es buena, porque gracias a ella podemos afinar más los tratamientos y en consecuencia mejorar su calidad. Sin embargo esta complejidad trae consigo una mayor probabilidad de pequeñas averías o bloqueos de seguridad de muy diversa índole.

Hemos de pensar que cada día antes de iniciar los tratamientos, los técnicos de radioterapia tienen que encender el acelerador lineal de electrones y hacer lo que llamamos una calibración del mismo. Esta calibración consiste en realizar una serie de comprobaciones dosimétricas para verificar que el acelerador lineal de electrones funciona bien y está todo en orden. Estas comprobaciones han de pasar asimismo por el visto bueno del Radiofísico que verifica todo el proceso matutino. Si algo fallara, se ha de empezar de cero. Ante cualquier discrepancia o fallo debe avisarse al Servicio Técnico del acelerador lineal para que subsane el problema.

También puede suceder que en el transcurso de la mañana o de la tarde el acelerador presente algún problema y no permita irradiar. En estos casos se avisa al Radiofísico y posteriormente si es necesario al Servicio Técnico. Como cualquier elemento mecánico o electrónico, puede haber fallos simples o complejos, por lo que el tiempo para que el acelerador lineal vuelva a funcionar es muy variable. Dependerá de si el Servicio Técnico está disponible en la ciudad o hay que esperar que venga de otra provincia, de si se ha estropeado una pieza que haya en “stock” o tengamos que pedirla a fábrica, de si es un problema mecánico, electrónico o informático, etc.  Todas estas variables hacen que sea necesario interrumpir la actividad unas horas o incluso algún día hasta resolver por completo el problema. Posteriormente como hemos comentado anteriormente los Radiofísicos verificarán que la avería está resuelta y la unidad de tratamiento se encuentra lista para trabajar con garantías.

Además de las averías, existen otro motivos por los que puede verse parada la actividad de un acelerador lineal. Varias veces al año, y en función de los años de antigüedad de la unidad debe realizarse una  revisión en profundidad de muchos elementos. Ello conlleva a un chequeo exhaustivo y minucioso por parte de los ingenieros de la casa comercial del acelerador lineal en cuestión. Esta parada técnica generalmente lleva dos días y unas cuantas horas de trabajo de los radiofísicos que llevarán a cabo una verificación al igual que ocurre con las averías.

Entiendo que estas interrupciones generan malestar a muchos pacientes que están deseosos de acabar sus tratamientos. Algunos también temen por si ello afectara a su enfermedad. Todo ello lo tenemos en cuenta y debemos pensar que lo que está en juego es lo suficientemente importante para que trabajemos porque haya el menor número de interrupciones posible. El estricto control de calidad al que sometemos a nuestras unidades de tratamiento es muy importante, pues sólo así conseguiremos que el número de accidentes sea cero. Esto nos demuestra que la radioterapia es un tratamiento seguro.

Les dejo con un video en inglés de cómo funciona un acelerador lineal de electrones 

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Cineterapia oncológica: Una canción para Marion.(Song for Marion) Gran Bretaña, Paul Andrew Williams. 2012


“Una canción para Marion” es una trágicomedia llevada a cabo por la mano del director británico Paul Andrew Williams. Marion (interpretada por Vanessa Redgrave) está enferma de cáncer en su fase final. Para hacer más llevadera su enfermedad y encontrar un remanso de paz acude cada tarde a una asociación de jubilados que se reúnen para cantar. Vive con su marido Arthur (interpretado por Terence Stamp), un hombre gruñón que ha perdido prácticamente la relación con su único hijo James.
Arthur es un jubilado cascarrabias. Su esposa Marion lo anima para que se una a un coro local que, desde luego, no tiene nada de convencional, con canciones subidas de tono como la de “Hablemos de sexo”. Como se deteriora la salud de Marion, Arthur está dispuesto a complacer a su esposa moribunda e incluso se compromete a tomar su lugar en el coro. La experiencia de Arthur en este nuevo entorno social lo llevará a un viaje de autodescubrimiento y a descongelar su amargura, cualidades que necesitará en su transición inminente a la vida sin Marion. A pesar de la oposición de su hijo James (Christopher Ecclestone), la directora del mismo (interpretada por Gemma Arterton)  intentará convencer al hombre para que forme parte de su grupo y, de esta forma, aprenda a aprovechar lo bueno de la vida. Poco a poco,encontrará que las mejores armas para enfrentarse a los momentos más oscuros que se le vienen encima son la música y el amor de los que le rodean. Éste será el comienzo de una aventura que le llevará por senderos no planeados y le mostrará con claridad la cara alegre de la vida. Todo ello gracias a la magnífica y carismática directora del grupo, la dinámica Elizabeth, un auténtico torbellino de alegría que se contrapondrá con el mal humor habitual del anciano. Esto también le ayudará a restaurar la relación con su hijo James, que se encontraba en un punto muerto tras años de desencuentros.
Una canción para Marion fue nominada a tres premios de Mejor Actor, Mejor Guión y Mejor Actriz de Reparto – en los British Independent Film Awards 2012.
Se trata de una película con un excelente quión y una cuidada interpretación de actores británicos de primera talla. Es cierto que es una historia lacrimógena, pero conjuga bien con muchos guiños a la sonrisa. Sin duda una película recomendable, sensible y llena de ternura que se agradece.

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El peligro de las brillantes cintas de colores

Las cintas de color rosa son para el cáncer de mama, las cintas de color azul oscuro para el cáncer de colon, las cintas blancas para el cáncer de pulmón, las cintas grises para el cáncer del sistema nervioso central, las cintas color verde esmeralda para el cáncer de hígado y cintas cebra con rayas para los tumores carcinoides. Enero es el mes de concienciacíón del cáncer de cérvix, representada por la cinta verde y blanca. Febrero es para los cánceres de vesícula biliar y las vías biliares representado con una cinta verde oscura. Y así sucesivamente. 

Como el cáncer mata a más personas que nunca antes, es natural que busquemos afiliación con los afectados por un tipo de cáncer similar. Las pacientes con cáncer de mama, las supervivientes, sus familiares y amigos unen esfuerzos para crear conciencia y recaudar fondos para la investigación y la prevención del cáncer de mama. Lo mismo ocurre con los afectados por otros tipos de cáncer, y no hay nada malo en ello. En un momento en que el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) está perdiendo poder adquisitivo a un ritmo aterrador y cuando los investigadores del cáncer luchan para poder financiar a sus laboratorios, cada esfuerzo para recaudar fondos y educar a la ciudadanía organizadamente, establece una gran diferencia. 

Sin embargo, debemos ser muy cautelosos en cómo coloreamos nuestras brillantes cintas de colores. 

Si hay una lección importante que hemos aprendido en los últimos 40 años de investigación, es que el cáncer es más una enfermedad de los genes que una enfermedad de tejidos específicos. Conocemos el hecho de que las mutaciones en oncogenes y en los genes supresores de tumores conducen al cáncer. Lo más importante es que hemos aprendido que muchos de estos genes están comúnmente mutados en cánceres de diferente origen tisular. Las mutaciones en el oncogen RAS se encuentran en muchos tipos de cáncer. Lo mismo ocurre con las mutaciones en el gen supresor de tumores p53. Un paciente de cáncer de páncreas y un paciente con cáncer de pulmón cuyos tumores albergan mutaciones en RAS y p53 tienen mucho más en común de lo que se podría pensar. Las terapias dirigidas destinadas a restablecer las actividades normales de RAS y p53 pueden ayudar a ambos tumores. 

Por otro lado, dos mujeres con cáncer de mama pueden estar sufriendo enfermedades radicalmente diferentes, debido a las distintas alteraciones genéticas encontradas en sus tumores. Una paciente con cáncer de mama triple negativo lleva un tumor que no expresa receptores de estrógenos, ni receptores de progesterona ni el receptor del factor de crecimiento conocido como HER2. Su pronóstico y curso de tratamiento es completamente diferente al de su amiga con cáncer de mama “triple positivo“. La paciente “triple negativo” no se beneficiará de los medicamentos que se oponen a la acción del estrógeno o que bloquean la oncoproteína HER2. Su pronóstico es peor que el de su amiga “triple positivo”, que se beneficiaría de estos fármacos.

Por lo tanto, la especialización de nuestros esfuerzos de investigación y de enseñanza basada únicamente en el tejido de un cáncer de origen determinado podría tener aspectos negativos. Debemos evitar la segregación de los investigadores y educadores a lo largo de fronteras equivocadas. A medida que se avanza en la era de la medicina molecular personalizada, debemos reconocer las similitudes moleculares en los diversos tipos de cáncer y actuar en consecuencia. Algunos organismos de financiación del cáncer ponen demasiado énfasis en su proceso de revisión de subvenciones si el científico solicitante se ha especializado o tiene experiencia en este o aquel tejido, ignorando que dicho científico puede ser un experto en un oncogén determinado o en un gen supresor tumoral relevante para muchos tipos de cáncer. Un descubrimiento mecanicista hecho por este científico mientras emplea células de cáncer de páncreas en sus experimentos, puede ser de gran impacto en el diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer de pulmón cuyos tumores albergar alteraciones genéticas similares. Desalentar sus esfuerzos de investigación debido a que no se ha centrado en un solo tejido de origen sería un gran perjuicio. Tenemos que pensar más sobre los genes, y menos en unos tejidos específicos.

Espero con interés el día en que nuestra recaudación de fondos, la financiación y los esfuerzos educativos reconozcan plenamente la base genética de nuestros tipos de cáncer. Tal vez algún día en un futuro próximo tendremos cintas moradas para RAS, cintas de color azul oscuro para p53 y cintas de color rosa para HER2.

Traducción libre del artículo del “Huffington Post” de Joaquín M. Espinosa. Profesor asociado de Biología molecular, celular y de desarrollo de la Universidad de Boulder, Colorado.  “Funding Cancer Research: The Danger of Brightly Colored Ribbons”
Les dejo con un video muy visual sobre las distintas alteraciones genéticas que se pueden dar en una célula.

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Cuidado odontológico y radioterapia 4.67/5 (3)

El cuidado odontológico es muy importante en todos los pacientes oncológicos, pues muchos fármacos (por ej, los bifosfonatos empleados para la osteoporosis) y también la quimioterapia pueden dañar la boca y producir secundariamente problemas dentales. Sería interesante que aquellos pacientes que vayan a someterse a quimioterapia, a radioterapia en el área de cabeza y cuello o a cirugía de la boca se hicieran antes una revisión y limpieza dental para evitar problemas durante o después de los tratamientos. También es importante que los pacientes oncológicos que reciben radioterapia fuera del área de cabeza y cuello sepan que una vez finalizado el tratamiento oncológico, pueden hacerse la mayoría de los tratamientos odontológicos incluyendo las extracciones dentarias.

Así se calcula que van a presentar complicaciones dentales:

  • Un 10 % de los pacientes que reciben quimioterapia adyuvante 
  • Un 40 % en pacientes que reciben quimioterapia neoadyuvante
  • Un 80 % en pacientes que recibieron trasplante de médula ósea 
  • El 100 % en los pacientes que reciben radioterapia de cabeza y cuello en la cavidad oral o faringe

La mayoría de los pacientes que están sometidos a radioterapia por cáncer de cabeza y cuello experimentan complicaciones orales, y aunque la mayoría de éstas son manejables, a veces pueden llegar a ser tan graves que el tratamiento debe ser detenido por completo. Además, el tratamiento quirúrgico de los tumores de este área puede conducir a problemas bucales y nutricionales.

Los problemas orales más comunes que ocurren durante la radio y la quimioterapia son:

  • Mucositis o inflamación de las membranas mucosas de la boca.
  • Infecciones orales: candidiasis o muguet
  • Dolor oral.
  • Sangrado.
  • Disfagia o dificultad para tragar y odinofagia o dolor al tragar
  • Deshidratación.
  • Desnutrición, habitualmente provocada por las dificultades en la deglución.
  • Xerostomía o sequedad de boca al dañar las glandulas salivares
  • Trismus por daño sobre la articulación témporo mandibular que produce una disminución en la apertura de la boca.  
  • Hipovascularización (reducción de vasos sanguíneos y el suministro de sangre) de los huesos del maxilar o de la mandíbula 
  • Caries o flemones
  • Osteoradionecrosis mandibular o muerte del hueso por falta de vascularización.

Mediante la identificación de pacientes con riesgo de complicaciones orales, especialmente en pacientes que van a recibir radioterapia en el área de cabeza y cuello, los especialistas recomendarán iniciar medidas preventivas antes de que comience los tratamientos. Ello fomenta que se reduzcan o minimicen las tasas de problemas provocados por las diferentes modalidades de tratamiento.  

Los factores de riesgo más importantes que conducen a problemas son:

  • Presentar enfermedad oral o dental preexistente: caries, enfermedad periodontal, dientes rotos, mal estado de empastes y coronas, prótesis parciales, etc
  • Higiene bucal deficiente antes y durante el tratamiento
  • Hábitos tóxicos: Tabaco y alcohol
  • Radioterapia en las localizaciones de cáncer en la cavidad oral, nasofaringe, orofaringe e hipofaringe
  • La dosis, fraccionamiento y volumen de radiación en la boca
  • Quimioterapia: Tanto los citostáticos empleados en el cáncer de cabeza y cuello, como las terapias dirigidas (p ej Cituximab) pueden dañar la boca de forma significativa. También pueden producir neutropenia (bajada de defensas) que conduce a posibles infecciones 
  • Edad avanzada
  • Mal estado general del paciente.


Las complicaciones crónicas son aquellas que ocurren después de terminado el tratamiento, que se desarrollan meses o años después de terminado el tratamiento.Las complicaciones crónicas más comunes después de la radioterapia en la cabeza o el cuello son:

  • Xerostomía o sequedad en la boca 
  • La caries dental
  • Infecciones en la boca
  • Disgeusia o deterioro del sentido del gusto
  • Trismus o dificultad para abrir la boca 

Debido a estas complicaciones se deben extremar las precauciones con los procedimientos dentales invasivos. Los dentistas deben considerar el riesgo de una complicación grave como la radionecrosis antes de proceder a un tratamiento invasivo. Por ello la prevención y el cuidado oral antes y durante el tratamiento con radioterapia en el área oral al igual que con la quimioterapia es tan importante. Si los dientes están en mal estado debe acudirse a un dentista a extraerse todas aquellas piezas que estén en mal estado y hacer una limpieza de la dentadura.

Es fundamental mantener una buena higiene oral, siguiendo las siguientes recomendaciones:

  •  Cepille los dientes y las encías con un cepillo de cerdas suaves dos veces o tres veces al día durante dos o tres minutos
  •  Para suavizar las cerdas del cepillo de dientes, tomar un descanso de cepillado cada 15 a 30 segundos y enjuague el cepillo en agua caliente
  • Incluir la lengua en el cepillado
  • Utilizar una pasta dental rica en flúor suave y que no irrite la boca
  • Enjuagarse la boca después del cepillado con un colutorio exento de alcohol como la clorhexidina sola o una mezcla de agua con bicarbonato y sal  (una cucharadita de bicarbonato y media de sal disuelta en un vaso grande de agua)
  • Secar el cepillo de dientes entre cepillados
  • El hilo dental puede utilizarse con suaves toques una vez al día
  • Los labios deben hidratarse utilizando vaselina, cacao o un protector labial
  • Si lleva prótesis dental completa o parcial recuerde que debe mantener la higiene igual que si fuera propia. Es recomendable que durante el tratamiento con radioterapia se quite la dentadura y la lleve puesta el menor tiempo posible para evitar dañar las encías.

Les dejo con este video explicado por un odontólogo sobre la importancia del cuidado de la boca ANTES de un tratamiento oncológico.

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