Experiencia mamográfica

Recibo hace unos días una carta del SACYL:

“Estimada señora: 

La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, le invita a seguir participando en el “Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama“, y le recuerda que es aconsejable realizar una mamografía periódicamente. 

Nos ponemos en contacto con usted para comunicarle que al haber transcurrido 2 años de su última mamografía, debe acudir a la Unidad Mamográfica en el día y hora que a continuación le detallamos. 

Recuerde que debe acudir tranquila y con ropa cómoda de quitar y poner. Esta prueba no perjudica su salud y presenta como única contraindicación el embarazo. 

MUY IMPORTANTE: PROCURE NO FALTAR A LA CITA. SI NO PUEDE ACUDIR LLAME AL TELÉFONO. AVÍSENOS CON UNA ANTELACIÓN AL MENOS DE TRES DÍAS HÁBILES, SI ES POSIBLE. GRACIAS POR SU COLABORACIÓN. 

* Si usted se ha realizado esta prueba recientemente, no es conveniente repetirla en este momento por lo que le rogamos que llame al teléfono anteriormente citado y nos lo comunique. 

Le saluda atentamente,
Gerente de Atención Primaria de Burgos.”

Es mi tercera mamografía de cribado. Las dos anteriores fueron informadas como normales. Hasta hace poco la edad de inicio de cribado estaba en los 45 años. Ahora la edad de inicio es a los 50 años, pero a mi me cuenta el “plan antiguo”. Soy obediente y acudo a la cita antes de la hora prevista. Me dicen que debo esperar. Lo entiendo, prefiero ir con tiempo y esperar. Me confirman los datos de filiación. Espero. Las otras mujeres citadas al cribado mamográfico, esperan su turno, se hacen su correspondiente mamografía y al acabar laguardan de nuevo en la sala de espera. Al poco tiempo sale la enfermera diciéndole que se puede marchar a casa. Si todo está bien recibirán una carta en su domicilio con copia a su Médico de Atención Primaria. Si no es así, puede que la llamen del Hospital Universitario de Burgos. Una mujer dice espontáneamente: “Mejor que no me llamen del Hospital”. La enfermera responde: “Para eso se hace usted la mamografía ¿no? para que en caso de que se encuentre algo le llamen del Hospital y se lo detecten lo antes posible”. Me quedo pensativa con esa respuesta…

Me toca el turno. Me voy a un vestuario cercano al mamógrafo. Me piden que me desnude de cintura para arriba. Espero a que me llamen. Hace frío para estar de esta guisa esperando. No me dan nada para taparme, así que cojo mi cazadora vaquera y me la pongo hasta que me llamen. Me llaman. Me quito la cazadora y paso al mamógrafo. Me preguntan si tengo antecedentes familiares. La técnico de radiología coloca mi mama derecha en el mamógrafo y hace lo mismo con mi brazo derecho. La compresión es algo molesta, pero afortunadamente dura poco y hoy es aguantable (la última vez recuerdo que me dolió bastante, supongo que el pecho no está igual de sensible siempre). Me pide que eche la cabeza hacia atrás. Dos disparos, uno en sentido cráneo-caudal (horizontal) y otro en oblícuo. Lo mismo con mi mama izquierda (no sé por qué en esta me ha molestado más la compresión). Me piden que vuelva al vestuario, me vista y aguarde.

Vuelvo a esperar. Miro los carteles de la sala de espera. Pienso que están un poco anticuados, pues poseen ese color amarillento del paso del tiempo sobre el papel envejecido. Sale la técnico de radiología y me dice la misma cantinela que a la mujer anterior le había dicho la enfermera: recibiré una carta o me llamarán del hospital. Pienso lo mismo que la última mujer: “Mejor que no me llamen, eso serían malas noticias”.

Esto es un relato real contado en primera persona. Ahora soy una usuaria de un Programa de Prevención. No me considero una paciente. Soy una mujer sana y estoy asintomática. Conozco los pros y los contras de hacerse una mamografía de cribado, estoy informada por mi profesión y por mi condición de médico y especialista en Oncología Radioterápica. Pero la mayoría de las mujeres no lo saben y no están informadas de ello. No nos hacen firmar ningún consentimiento informado y nadie nos sienta en un despacho para explicarnos que hacerse una mamografía SI entraña peligros para la salud en el caso de que sea un falso positivo (sospecha de malignidad que no lo es en realidad): ansiedad, cancerofobia, insomnio, preocupación, llanto desconsolado, disgusto, sentirse enferma, una biopsia, incertidumbres, etc. ¿O acaso esto no es tomado como un potencial peligro para la salud mental y por ende para la salud física?

El cáncer de mama es un problema de salud importante en el mundo occidental. Desde hace 30 años se hacen programas de cribado mamográfico con el objeto de detectarlos pronto. La idea es detectarlo pronto para que las tasas de curación sean más altas. Y la intención es buena y elogiable. Pero tras esos 30 años, se plantea si lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo bien. Nos cuesta poner en duda las cosas, nos cuesta cambiar con frases que parecen dogmas inamovibles. Pero la ciencia y el conocimiento evolucionan y conviene replantearse las cosas. Los falsos positivos y el sobrediagnóstico o el sobretratamiento no son una cuestión baladí. Son una realidad que viven muchas mujeres con angustia tras realizarse una mamografía y casi nadie lo quiere mencionar.

Entonces ¿no debemos hacernos una mamografía de cribado? Mi respuesta es sí, pero matizando, sabiendo a lo que nos exponemos y tomando decisiones en consecuencia a esa información. La disminución de la mortalidad por cáncer de mama probablemente es más debida a la mejora de los tratamientos que al cribado. No se debería “obligar” a las mujeres a hacerse una mamografía sin antes ser bien informadas. Además, probablemente haya que redefinir si determinados tumores deben tener la categoría de cáncer o no, pues no se contempla la vigilancia activa como una posibilidad en determinados tumores in situ. La mayoría de las mujeres con esta patología reciben al menos una cirugía, radioterapia y hormonoterapia. Cabe definir si esto es o no necesario y sobre todo conocer en qué casos pueden convertirse en verdaderos cánceres.

Hace unos días, una compañera Radiofísico y editora del blog Desayuno con Fotones, Naia Pereda habló sobre esta polémica cuestión en Naukas Bilbao, una plataforma de divulgación científica en español, abriendo así un interesante debate. Les dejo con este interesante video:

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