iDoR Spain 2016

Se ha institucionalizado el día 8 de noviembre como el Día Internacional de la Radiología rememorando el día del descubrimiento de los Rayos X a través de Wilhem Konrad von Roentgen. Este año el día se ha dedicado a la imagen de la mama y el papel esencial que desempeña la Radiología en la detección, diagnóstico y tratamiento de la patología mamaria
La iniciativa está apoyada por la Sociedad Europea de Imagen mamaria (EUSOBI) y la Sociedad de Imagen de Mama (SBI). Ambas organizaciones han participado activamente en diversas actividades IDOR para ayudar a destacar la importancia de la imagen mamaria en la atención sanitaria de mama.

El año pasado más de 140 sociedades profesionales relacionadas con la Radiología de todo el mundo celebran el Día Internacional de Radiología y este año se han unido diversos grupos españoles a  la iniciativa y han cogido impulso a este movimiento, ya en rápido crecimiento. Las Sociedades participantes han llevado a cabo una gama de diferentes eventos para celebrar el día.

Una vez más, la Sociedad Europea de Radiología ha creado un libro maravilloso en honor al Día Internacional de Radiología (IDOR). “Screening & Beyond” (El Cribado y Más Allá) ofreciendo así una increíble visión de conjunto de imágenes de la mama, con contribuciones de muchos de los radiólogos de mama del mundo.

La European Society of Radiology (ESR) también ha llevado a cabo entrevistas con expertos en imágenes de la mama de diecisiete países europeos, y con especialistas de Australia, América Latina, África y Estados Unidos, que ofrece una visión general de la situación actual de la detección y tratamientos en estos países.

En España también se han celebrado diferentes eventos en torno a ese señalado día con la imagen mamaria de telón de fondo y surgen cada vez más iniciativas que se suman a esta celebración. Tuve la suerte de participar activamente en la Jornada impulsada por la Sociedad Española de Graduados en Radiología (SEGRA) en la Fundación CIEN (Centro de Investigación de las Enfermedades Neurológicas) sobre “Imagen Mamaria. Perspectiva de los Profesionales de la Imagen Médica y la Radioterapia”. 


La Jornada fue intensa, pues se hablaron de muchos temas interesantes e interdisciplinares que nos ayudan a entender a la Patología Mamaria desde una perspectiva amplia e integradora. Escuchando a los diferentes ponentes de las mesas uno se da cuenta de la cantidad de profesionales que intervienen en todo el itinerario diagnóstico-terapéutico, de su complejidad y del abordaje centrado o en compañía de los pacientes. Todo ello fue magistralmente presentado, amenizado y conducido por la periodista Emma Bernardo de MedLab Media Group.

De este modo en una primera mesa se hizo un recuerdo embriológico y anatómico de la glándula mamaria de la mano de Stefano Pacifici, Trinidad Cañuelo nos habló de la Tomosíntesis mamaria como novedad diagnóstica de reciente incorporación, Sergio García Fauro de las ventajas de la ecografía y la resonancia mamaria, Elías Mergelina de las pruebas diagnósticas de Medicina Nuclear: gammagrafía, PET-TAC y biopsia selectiva de ganglio centinela, así como la integración del PET con resonancia o mamografía o el uso de nuevos trazadores, Juan Antonio Barragán de la utilización del hipofraccionamiento y otras técnicas innovadoras en la radioterapia del cáncer de mama y de nuevo Stefano Pacifici de las nuevas técnicas de intervencionismo para el diagnóstico o incluso el tratamiento de lesiones mamarias (Punción con Aguja Fina o PAAF, Biopsia con Aguja Gruesa o BAG y la Biopsia Asistida por Vacío o BAV).

En una segunda mesa sobre la “Unidad de Patología Mamaria” que me tocó moderar, hablaron la anterior y la actual coordinadora de la Unidad de Mama del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, la Dra Mª Eugenia Rioja Martín y la Dra Silvia Pérez Rodrigo que de forma muy elocuente y gráfica nos ilustraron acerca de su estructura, funcionamiento y acreditación.

En una tercera e interesante mesa se habló de un tema novedoso y necesario para la calidad diagnóstica y terapéutica: La experiencia del paciente con sus incertidumbres, comunicación y confort. Intervino Carlos Bezos, director del Instituto para la Experiencia del Paciente que nos ofreció datos interesantes acerca de esta nueva forma de entender como debe ser la Medicina centrada en el paciente. En esa misma mesa habló Miguel Ángel De la Cámara sobre el Mapa de Experiencias del pacienteÁngeles Barrios del papel de de la tecnología para pasar del cuidado de la salud al cuidado de las personas y Natacha Bolaños nos habló del trabajo y acciones que se realizan desde el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).

La cuarta mesa fue una de las más amenas y divertidas, pues en ella se presentó la viñeta diseñada para el evento y comentada por Merche García, Francisco Montero, Francesc Torres y Eva Alfayate. 

En la quinta mesa en la que participé junto a la Dra Pilar Manchón, mi colega de especialidad la Dra Teresa Muñoz Migueláñez y la Técnico de Radiodiagnóstico y Radioterapia, Almudena Calleja. En ella tuvimos la oportunidad de hablar de la “Relación de la Oncología en la Imagen Mamaria” dando unas pinceladas de lo que supone en itinerario diagnóstico-terapéutico en el cáncer de mama. Almudena dejó al auditorio mudo con su impresionante y emotivo testimonio desde los dos puntos de vista, como profesional sanitario y paciente, dejándonos a todos con la piel de gallina. Me alegró mucho su participación y me siento especialmente orgullosa como compañera verla allí hablando con seguridad y solvencia desde el estrado.

En la sexta mesa se habló de la “Personalización del diagnóstico senológico y sus controversias” en la que intervinieron personalidades como Emilia Sánchez Chamorro, directora de Planificación, Investigación y Formación de la Consejería de la Sanidad de la Comunidad de Madrid, Mercedes Acebal Jefa de Servicio de la Unidad de Gestión Clínica de Imagen para el Diagnóstico y Margarita Chevalier Radiofísico profesora del Departamento de Radiología y Física Médica de la Universidad Complutense de Madrid.

En la séptima y última mesa de la mañana se hizo una “Integración de contenidos”en las que Patricia Matey como periodista de la Revista ROSE, la Dra Pilar Manchón y una servidora hicimos un breve resumen de las impresiones de la jornada de mañana.

La jornada de tarde se centró en contenidos para los profesionales Técnicos en Imagen para el Diagnóstico, Radioterapia y Medicina Nuclear y Graduados en Radiología. Las ponencias fueron:

  • La especialización profesional en Radiología. Competencias e Innovación profesional (Stefano Pacifici)
  • Grado de Imagen Médica y Radioterapia (Javier Gálvez Cervantes)
  • Mamografía con contraste. (Aurora Talaverano)
  • Ecografia 3D. Sistema ABUS. (Sabina Cortés Asenjo)
  • La importancia de la tomosíntesis en el diagnóstico precoz del cáncer de mama (Ana Gómez Prado)
  • Avances en Imagen Mamaria con Ultrasonidos (Javier Moreno Valdés)
  • “Haciendo visible lo invisible” Arte gráfico de la mano de Javier Comas. Nos descubre el arte que hay detrás de las radiografías. 
Como pueden comprobar la jornada fue muy productiva y por supuesto seguida a través de las redes sociales por los hashtags #iDoRSpain y #iDoR2016, alcanzando en algún momento el rango de Trending Topic con más de 3 millones de impresiones en Twitter. Fue gratificante y motivador ver a toda la “familia radiológica” poniendo ideas y trabajo en común. Quiero agradecer especialmente la cálida acogida de sus organizadores y colaboradores con los que tuve el gusto de compartir buenos momentos, como Eva Alfayate, Javier Gálvez, Stefano Pacifici, Miguel Ángel De la Cámara, Jordi Alcalá, Luis Rincón o Pedro Soriano.

Les dejo con este video-resumen

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Cineterapia oncológica: Tabú: Y al final, la muerte….Jon Sistiaga. 2016. España 5/5 (2)

“Y al final, la muerte…” es el título escogido por el periodista y reportero Jon Sistiaga para una serie documental por episodios dentro del programa “Tabú” del canal #0 de Movistar + en los que se aborda de forma profunda, imparcial e intimista el tema de la muerte. Los protagonistas de las historias que ahí se relatan no son actores, sino personas de carne y hueso que hablan sin tapujos de su experiencia, de su forma de pensar y de su forma de sentir o ver la muerte. Estamos demasiado acostumbrados a ver la muerte como algo lúgubre, tenebroso, frío y oscuro. Se ha creado frente a ella un discurso silencioso, del que existe un miedo casi enfermizo, apartado en la medida de lo posible de la realidad cotidiana y confinado a habitaciones de hospital o tanatorios.
Sin embargo, la muerte es algo ineludible y deberíamos ser capaces de hablar de ella con madurez y sosiego. Conviene pues quitarle su escudo, hacerla visible de una forma atractiva, no hiriente. Cabe reflexionar sobre el tabú que le envuelve en nuestra sociedad contemporánea. Eso lo consigue con acierto y fortuna Jon Sistiaga.
La serie permite engancharte a la pantalla gracias a la utilización de magníficos recursos cinematográficos de la mano de los productores de “La Caña Brothers” que llevan de forma exquisita el hilo conductor del relato de la serie haciéndolo bello, sublime, luminoso, atractivo y tremendamente emotivo, llegando al alma del espectador. Jon deja hablar a los personajes, les mira con atención, les escucha y les formula preguntas sin juzgar, obteniendo así muchos contrapuntos y perspectivas muy diferentes que ayudan a generar debate y a tener un espíritu crítico.
La muerte nos enfrenta con las grandes preguntas, las más trascendentales y las más difíciles de responder. La serie documental navega por delgadas líneas rojas de conceptos bioéticos: muerte digna u ortotanasia, eutanasia, suicidio asistido, cuidados paliativos, ensañamiento terapéutico o distanasia en donde todos esos matices se difuminan y en ocasiones pueden llegar a confundirse.  
Por ello es fundamental escuchar a sus protagonistas que van desde una médico forense, a un sacerdote de la Conferencia Episcopal, desde enfermos oncológicos o con enfermedades degenerativas, a médicos paliativistas, de un padre de un hijo pequeño fallecido de una leucemia, a personas que han sobrevivido a una muerte súbita, a un accidente potencialmente mortal o a un coma prolongado, de una médico intensivista al último testimonio de un profesor de filosofía que apuesta por poner voluntariamente fin a su vida. La narrativa cinematográfica, cuidada visualmente al milímetro, la hace especial y conmovedora, alejada de esa visión oscura que tenemos habitualmente sobre el tema de la muerte. No es habitual ver programas o documentales tratados de esta forma. Confieso que tras ver todos los capítulos tengo una visión mejor, más nítida y serena sobre ella. 
La serie está dividida en 17 capítulos de veinte minutos:
– Tres capítulos centrales de: Y al final, la muerte… (1)(2)(3)
– Tres capítulos de Epílogo (1)(2)(3)
– Tres capítulos de Huida (1)(2)(3)
– Tres capítulos de Retorno (1)(2)(3)
– Cuatro capítulos de Fin. Avance (1)(2)(3)
Jon Sistiaga ha sido valedor de un Premio Ondas Nacional de Televisión al Mejor programa de actualidad o cobertura especial por este programa. Como ha dicho el fallo del jurado de dichos premios: 

“Hace falta tener mucha sensibilidad humana y un gran talento periodístico por dar voz e imagen al problema más grande de la vida. Esa sensibilidad y ese talento están en Tabú”

Les invito a que lo vean, merece la pena sentarse con calma y escuchar a los testimonios, ver sus gestos, sus miradas, sus silencios indescriptibles y en ocasiones desgarradores. Situarnos frente a las entrañas de la muerte como un ejercicio necesario y mentalmente sano. Morir bien es tremendamente importante. Somos cada vez más longevos, la población que padecerá enfermedades crónicas en los próximos años será cada vez mayor y en consecuencia el número de muertes repentinas será ciertamente menor, casi me atrevería a decir que anecdótica. Si esa es nuestra próxima realidad ¿por qué no prepararnos para ella? ¿por qué no hablar sobre ella? ¿por qué no expresar cómo nos gustaría que fuera nuestro último adiós o cómo quisiéramos ser recordados por nuestros seres queridos? 
Paradoja: “Vivimos pensando que nunca moriremos. Morimos pensando que nunca hemos vivido”. Jason Becker. 

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¿Protones? Si, gracias 5/5 (1)

Hace unos días recibí un mensaje por Twitter pidiéndome ayuda y difusión a través de las redes sociales, enlazándome con un caso del que se hizo eco la Asociación Esparta contra el Cáncer Infantil. Podría parecer uno de esos mensajes que recibes y casi sin pensar reenvías, pero no, no lo era. Hacía referencia a una niña de la provincia de Burgos que con apenas 16 meses que ha sido diagnosticada en agosto de este año de un raro tumor (hasta para mí) cerebral. Es un tumor teratoide-rabdoide atípico (siglas en inglés ATRT). Se trata de un tumor embrionario que suele afectar a niños menores de tres años y representa únicamente el 1-2% de los tumores pediátricos infantiles que afectan al Sistema Nervioso Central. En España sólo se da un caso o dos al año. 
La pequeña ha tenido que trasladarse junto a su familia al Hospital 12 de Octubre de Madrid para intervenirse quirúrgicamente, recibir tratamiento oncológico y colocarle una válvula cerebral de la que ya ha surgido algún problema que se está solventando. Tras la cirugía practicada, necesita de quimioterapia y radioterapia, pues la agresividad del tumor es elevada. El quid de la cuestión está en qué tipo de radioterapia precisa, si es adecuado en una niña de tan corta edad realizar tratamiento con fotones en un acelerador lineal de electrones o si supone un beneficio importante para la niña ser tratada en una unidad de protones que todavía no existe en nuestro país. El dilema está servido como ocurriera con el conocido caso Ashya King que afortunadamente y por el momento ha ido bien. 
A nivel mundial, actualmente, hay 39 centros en los que se aplica la protonterapia, a los que habría que sumar otros 17 que se están construyendo en los Países Bajos, Reino Unido, Francia, Rusia, Dinamarca, Polonia, India, Malasia, Japón y China.
Las nuevas unidades de protonterapia instaladas en Estados Unidos y Europa (Suiza, Alemania, Francia, República Checa e Italia), permiten además modular el haz de protones. Actualmente, su beneficio no solo se está estudiando, sino que presenta grandes ventajas en el área de la Oncología Pediátrica, así como también en otros casos de tumores asentados en áreas anatómicas donde los órganos críticos radiosensibles circundantes limiten la dosis a alcanzar sobre el tumor. Se estima que podrían beneficiarse de esta terapia cerca de un millar de pacientes al año. 
Los tumores pediátricos son en muchos casos una indicación evidente de la protonterapia. En efecto, los numerosos estudios comparativos han mostrado una mejor distribución de dosis con protones que con fotones. Gracias a la reducción del volumen de tejido sano irradiado (tejidos que están en pleno período de desarrollo especialmente sensibles en pacientes menores de 3 años) los riesgos de secuelas a medio y largo plazo se minimizan. El segundo parámetro “protector” de los protones es la disminución del riesgo de cánceres radioinducidos en el niño comparativamente con los fotones. El riesgo relativo disminuye de 1 (fotones) a 0,4-0,7 (protones).
Distribución en una irradiación cráneo-espinal de la dosis de radiación con fotones (arriba) frente a protones (abajo). (Fuente: McLaren Healthcare)
Ante lo expuesto parece sensato reconocer que en el caso que nos ocupa tiene una de las indicaciones más evidentes de la protonterapia. La rareza del propio tumor, la ausencia de ensayos clínicos, el nivel de evidencia científica disponible, el coste económico de este tratamiento y su ausencia en nuestro país son los verdaderos caballos de batalla a tener en cuenta. La creación de protocolos formalizados y de investigaciones coordinadas entre los servicios de oncología pediátrica y las unidades de protonterapia sería del todo indispensable para el desarrollo y evaluación correcta de esta técnica en Pediatría.
Desde hace años se viene hablando y concienciando tanto desde la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) como desde la Sociedad Española de Física Médica (SEFM) sobre la necesidad de poner en marcha, al menos, una unidad de protonterapia en España, habida cuenta de sus efectos positivos en algunos tumores y el desarrollo técnico que este tipo instalaciones está adquiriendo en los últimos tiempos. También el blog “Desayuno con fotones” ha disertado sobre la importancia de los protones en varios de sus posts (“Desayuno con protones”, “¿Qué tiene un protón que no tengan los fotones? I y II”)

Este caso clínico y concreto que he explicado tiene un plus que es fácil de explicar por tres razones básicas: por ser un caso cercano geográficamente, por ser radiooncóloga y por ser madre también. Por todo ello me veo empujada a buscar argumentos que ayuden en este caso a buscar lo que creo que es mejor para esta pequeña paciente y toda su familia que también padece los estragos de la enfermedad. 
Hay literatura científica disponible que apoya la idoneidad de la protonterapia en los tumores teratoides-rabdoides atípicos, pues los resultados con esta terapia son algo más esperanzadores y favorables para pensar que sí. Se reconoce a la radioterapia como una parte imprescindible y difícil de eludir en la estrategia terapéutica a seguir. Es asimismo deseable, especialmente en niños menores de tres años evitar al máximo la irradiación de tejidos sanos dada su especial radiosensibilidad y vulnerabilidad.

Por todo ello si se formula la pregunta ¿Protones? diré: “sí gracias”.

Referencias bibliográficas:

Les dejo con este inspirador video en la quinta edición de “Mentes Brillantes” de Daniel Stix que superó un tumor infantil congénito y nos hará pensar sobre dónde están nuestros verdaderos límites. 

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H-Oncología

Oncología debería escribirse con H. No, no piensen que me he vuelto loca, ni que deseo hacer un quiebro a la actual maltrecha ortografía. Añadir esa H de Humanismo al vocablo supone hacer la Oncología más cercana al paciente y darle identidad, algo así como un sello añadido de calidad humana.

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