Retrato íntimo tras una pérdida 5/5 (1)

Esta es una conmovedora historia que ha mostrado su lado más hermoso a través de la fotografía. La esposa de Ben Nunery, Ali murió en el año 2011 después de una batalla con una rara forma de cáncer de pulmón. Dos años después, Ben y su hija Olivia decidieron volver a la casa que él, de donde Ali se fue el día antes de su boda. Con todo, las maletas, la casa estaba vacía, al igual que lo fue el día en que se hizo el particular reportaje fotográfico de la boda. Así que Ben convenció a su cuñada, la fotógrafa Melanie Pace, para que hiciera al igual que esas originales instantáneas de la boda, una nueva serie con su hija. 

Melanie escribió acerca del hecho de tomar el nuevo conjunto de fotos de Ben y Olivia en su blog: 

Él me pidió que tomara fotos de él y Olivia en su casa vacía tal como lo hicimos en el día en que se casó con Ali, hace cuatro años y medio. Así es, ha llegado el momento de que Olivia tenga un patio para jugar, una casa más grande donde sus juguetes pueden tener un lugar dedicado a su propia casa y en un buen colegio cerca. El viernes Ben entregó las llaves y se fue de la casa de la que guarda tantos recuerdos inolvidables. El lugar donde se puede, literalmente, sentir la presencia de mi hermana al segundo que entras por la puerta. Heck, se sirvió en la fabricación de ese lugar su hogar y cada centímetro de ella estaba hecho a la perfección ¿A quién estoy engañando?”

Las fotos de boda de Ben Nunery y Ali se tomaron en la casa que iba a ser testigo de su vida juntos. Sin muebles, vacía y llena de luz, como un lienzo en blanco que se llenaría de recuerdos y de color según fueran envejeciendo. Pero no pudo ser así.

Apenas dos años después de haberse casado, Ali fallecía de un cáncer de pulmón en 2011, con 31 años, y dejando atrás no sólo a su marido, sino también a su hija Olivia, de casi un año.

Ahora, padre e hija han decidido dejar aquella casa, según ha contado a la NBC, pero no sin antes rendir el más tierno y triste de los homenajes tanto a los recuerdos que guarda el hogar donde Ben y Ali empezaron su vida juntos como, especialmente, a la memoria de su mujer.

Es así como, en pleno 2013, padre e hija han recreado las imágenes de la boda que tuvo lugar tan sólo cuatro años atrás. Unas fotos que, según reconoció Ben, representan algunos de los mejores recuerdos de su vida. Por eso las ha recreado con la misma fotógrafa, Melanie Tracy Pace, hermana de Ali. Y otra vez en la casa sin muebles, vacía, pero llena de luz.

El paralelismo de las fotos de madre e hija me ha parecido magnífico y emotivo. Estoy convencida que a Ali le hubiese encantado verlas desde donde quiera que esté. 

Extraído del artículo de BuzzFeed: “Dos años después de la muerte de su mujer por cáncer, un hombre recrea sus fotos de boda con su hija”.

Les dejo con un video de estas y otras bellas fotografías

http://www.youtube.com/watch?v=fOIHyLAs-wg

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50 sombras de Gy:¿Qué es la esofagitis rádica? 5/5 (4)




La esofagitis rádica se define como un proceso inflamatorio producido sobre el esófago como consecuencia de una exposición a un tratamiento con radiaciones ionizantes. El esófago es un tubo muscular que conecta la garganta con el estómago. Este órgano puede verse incluído en aquellos tratamientos que incluyan el cuello o el tórax, como es el caso del cáncer de cabeza y cuello, el cáncer de pulmón, los linfomas y en la irradiación ganglionar supraclavicular del cáncer de mama.

Formas de presentación:

  • Esofagitis aguda: Puede aparecer a las 2-3 semanas de exposición a la radiación y persistir hasta 2 ó 3 semanas de su finalización. 

  • Esofagitis crónica o estenosis esofágica: Puede aparecer desde los 3 a los 24 meses post-tratamiento dando lugar a una cicatriz que estrecha el conducto esofágico, dificultando así la deglución.

¿Por qué se produce?
Las células de la mucosa interna del esófago tienen una alta velocidad de recambio celular, como ocurre con otras mucosas y la piel, siendo este tipo de células muy vulnerables a la radiación. Como consecuencia del daño celular sobre las células de la capa basal se enlentece esa regeneración, se producen los cambios inflamatorios y la queratinización del epitelio. En las formas crónicas de esofagitis el daño se produce sobre la musculatura lisa del esófago, apareciendo un tejido más duro y menos elástico, fenómeno conocido como fibrosis.

Grados de esofagitis rádica:

  • Grado I: Disfagia (dificultad para tragar) leve u odinofagia (dolor al tragar) leve, que permite tomar una dieta normal o blanda.
  • Grado II: Disfagia u odinofagia moderada que requiere una dieta en puré o líquida y puede requerir analgésicos opiáceos.
  • Grado III: Disfagia u odinofagia severa que puede dificultar por completo la deglución y provocar deshidratación o pérdida importante de peso. Requiere alimentación por sonda y rehidratación endovenosa.
  • Grado IV: Obstrucción completa que impide deglutir la propia saliva con ulceración, perforación esofágica o fístula. 
Factores de riesgo:
  • Volumen y dosis de irradiación: Los radioncólogos tenemos muy en cuenta ambos datos a la hora de planificar la radioterapia. Durante el proceso de planificación se intenta que haya la menor longitud posible de esófago que reciba una dosis crítica de radiación. Utilizamos además fórmulas (NTCP) para predecir la probabilidad de tener esta complicación.
  • Quimioterapia previa o concomitante: La quimioterapia “per se” también puede producir esofagitis. Así en aquellos pacientes que reciban tratamientos combinados a la vez se debe ser aún más cuidadoso y restrictivo con la longitud de esófago irradiado.
  • Fraccionamiento: Los hiperfraccionamientos o los fraccionamientos acelerados son regímenes de tratamiento con radiaciones que producen una mayor intensidad de esta toxicidad radioinducida.
Clínica:
  • Disfagia o dificultad para tragar alimentos o líquidos
  • Odinofagia o dolor al tragar 
  • Pirosis o sensación de quemazón al pasar el alimento
  • Sangrado o hemorragia por boca 
  • Regurgitación de saliva y secreciones por imposibilidad para tragar
  • Deshidratación
  • Pérdida de peso
  • Desnutrición
Tratamiento: 
  • Glutamina: Durante las situaciones hipermetabólicas como la radio o quimioterapia, se produce una severa depleción de glutamina debido a un elevado consumo mediado en parte por el cortisol, pero también por la adrenalina, glucagón y algunas citocinas, que no puede compensarse por una mayor producción, aumentando sus necesidades de forma importante. Es en estas condiciones, puede convertirse en un nutriente esencial y su deficiencia puede comprometer la función inmunitaria, el equilibrio ácido-base y la  integridad celular del enterocito. Por otro lado, unos niveles insuficientes de glutamina influirán también en el daño producido en el tejido sano por la quimio y la radioterapia. Estos dos factores apoyarían el uso terapéutico de la glutamina en la prevención de esta toxicidad debida a la quimio y a la radioterapia. La glutamina debería administrarse durante el tratamiento y hasta 15 días después para reparar el daño y prevenir la esofagitis.
  • Antiinflamatorios no esteroideos: Alivian el dolor en las esofagitis grado I.
  • Sucralfato: Actúa como lubricante, facilitando el paso del bolo alimentício.
  • Anestésicos tópicos: La lidocaína o la mepivacaína pueden utilizarse junto a manzanilla y/o nistatina para aliviar el dolor durante la ingesta.
  • Analgésicos opiáceos: Es útil el fentanilo transdérmico para aliviar el dolor, especialmente en esofagitis grado II y III.
  • Antifúngicos: En muchas ocasiones la esofagitis o la oromucositis va asociada a una sobreinfección por el hongo Cándida Albicans, siendo útil el tratamiento con Nistatina tópica y/o Fluconazol vía oral.
  • Inhibidores de la bomba de protones: El omeprazol y los fármacos similares actúan dismunuyendo el reflujo gastroesofágico que puede emperorar la esofagitis.
  • Medidas de soporte nutricional: En los casos más graves, la ingesta se hace cada vez más dificultosa, dejando el paciente de comer y beber por temor al dolor que le produce. La textura de la comida debe ser homogénea en forma de purés o líquida en forma de suplementos nutricionales (batidos). Si aún así no es posible la ingesta habrá que valorar la introducción de una fina sonda nasogástrica o una PEG (sonda que va directamente al estómago o gastrostomía) para poder nutrir adecuadamente el paciente.
  • Sueroterapia: La hidratación del paciente es otro punto importante ya que los pacientes pueden dejar también de beber el agua que necesitan, debiéndose administrar sueroterapia endovenosa en estos casos.
  • Dilatación esofágica: Se realiza en aquellos casos de esofagitis crónica o estenosis esofágica para aumentar el paso de la luz esofágica. Se realiza con dilatadores que se colocan de forma endoscópica.

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Cineterapia oncológica: Amarga Victoria (“Dark Victory”) EEUU.Edmund Goulding. 1939

“Amarga Victoria” (“Dark Victory”, en inglés) es una hermosa película de 1939 grabada en blanco y negro en la época dorada del cine norteamericano. Su cuidada estética, el glamour en el cuidado y elegante vestuario de la época tanto de actrices como de actores, así como una de las mejores interpretaciones que he visto en el cine de la mano de la gran Bette Davis, la convierten para mi en una joya cinematográfica tristemente desconocida.

La película narra la historia de Judith ìTraherne (Bette Davis) una mujer joven de éxito, deportista, amante de los caballos (aparece como una magnífica y laureada amazona) y rica heredera de Long Island. La protagonista en esta vida idílica, sin grandes preocupaciones y algo frívola, empieza a presentar síntomas que nos hacen presagiar que algo serio le está pasando. Así su síntoma guía es la cefalea intensa o dolor de cabeza que ella nunca había presentado y que atribuye a una simple jaqueca o migraña. Esta cefalea se va intensificando y empieza a tener diplopia (visión doble), dismetría (se ve como la protagonista no atina a la hora de encender con una cerilla un cigarrillo) y otros problemas visuales. Su médico de cabecera ya entrado en años, el Dr Parson se da cuenta de que algo le pasa a Judith tras una caída inexplicable de su caballo “Favorito” por lo que le explica la sintomatología al afamado neurocirujano, el Dr Frederick Steele encarnado en la figura de todo un galán de la época, George Brent. El Dr Parson que como él dice, trajo a Judith al mundo, se muestra preocupado, pues su ojo clínico le advierte que algo grave le pasa. Pero el Dr Steele está sumido en una crisis profesional, pues el ejercicio práctico de la neurocirugía le resultaba descorazonador. Está resuelto en abandonar la profesión médica y consagrarse a la investigación del comportamiento de las células tumorales que le parece mucho más motivador. Pero antes de que el Dr Steele se vaya a Vermont, el Dr Parson le suplica que la vea y establezca un diagnóstico.

La joven Judth es acompañada además de por el Dr Parson por su mejor amiga y confidente, Ann (interpretada por Geraldine Fitzgerald). En un principio Judith se resiste a ser examinada porque considera que su sintomatología no es relevante. Aquí el neurocirujano muestra su sagacidad diagnóstica y se da cuenta de una quemadura en la mano de Judith, así como en un ligero estrabismo que junto a la sintomatología que le explica la paciente le resultan lo suficientemente elocuentes como para establecer un diagnóstico de sospecha: un tumor cerebral. Resulta curioso ver la relevancia de una buena historia clínica y una buena exploración física como herramientas básicas diagnósticas, así como el trato cercano y humano que muestra hacia la paciente. Con estos datos y alguna radiografía (recordemos que estamos en 1939) se dispone a operar a la paciente.

A partir de ahí se obtiene un diagnóstico patológico: un glioma. Un nombre genérico para un tumor cerebral, pues probablemente estuvieran hablando de un glioblastoma multiforme; pues los gliomas de bajo grado tienen mucho mejor pronóstico que el de esta paciente. El Dr Steele se muestra dolido por haber acertado en su sospecha y reniega de su posición como médico. Busca incluso la opinión objetiva de otros colegas de prestigio, con el mismo veredicto: pronóstico negativo. Comienza a sentir algo más por esta peculiar y atractiva paciente. Ella se muestra agradecida por sentir que le ha salvado la vida y también siente algo más por el neurocirujano. El Dr Steele habla con su confidente Ann para rogarle que ella no sepa nada de su pronóstico y actúen con la máxima naturalidad, tratando en todo momento de que la vida de Judith sea lo más feliz posible. Una conspiración del silencio que se palpa, levantando sospechas y suspicacias en la protagonista.

A partir de aquí Judith que había mostrado unas ansias de vivir inigualables, bebiéndose literalmente la vida a tragos, entra en diferentes etapas anímicas: negación, rabia, ira, tristeza, desconsuelo y finalmente aceptación. El Dr Steele le pide en matrimonio, e inicialmente ella lo rechaza por pensar que es un acto de piedad. En el desarrollo de la película, ella acaba conociendo el alcance de su enfermedad y comprendiendo que el doctor le ama sinceramente deseando por encima de todo que sea feliz, accediendo finalmente al compromiso. Se traslada entonces de Long Island a Vermont donde el Dr Steele establece un laboratorio de investigación.

Tras un período feliz y con poca sintomatología neurológica, Judith se da cuenta de que va perdiendo facultades visuales. Las investigaciones del Dr Steele van muy avanzadas y los colegas le invitan a explicarlas públicamente. Judith se da cuenta de su final y empuja a su marido a que marche, al igual que a su mejor amiga. El final aunque abierto hace sospechar un triste desenlace.

“Amarga Victoria” es una gran película y tuvo 4 nominaciones a los Premios Óscar. El hecho de coincidir en la época con dos grandes filmes como “Lo que el viento se llevó” y “El Mago de Oz” hicieron que pasara sin pena ni gloria en la historia cinematográfica. También la temática, aunque está exquisitamente cuidada y alejada de cualquier escena morbosa, no era atractiva en aquellos dorados años del cine. Fue esta una de las películas preferidas de la gran Bette Davis. En esta película también aparecen grandes actores como Ronald Reagan, en un modesto papel y el irresistible Humphrey Bogart en un papel al que no nos tiene acostumbrados. Así que con este gran plantel de actores, actrices y mucho “glamour” les invito a verla. 

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El amor es…(¡Mierda!, tengo cáncer) 5/5 (1)

La Dra Elana Miller escribe en Zen Psiquiatría. Ella es una psiquiatra apasionada en la integración de la medicina occidental con la filosofía oriental para ayudar a las personas a vivir vidas más plenas y felices.

Me he tomado la libertad de hacer una traducción libre del artículo del Huffington Post en su sección “Generation Why” titulado: Love is…(Holy shit, I Have Cancer), que traducido sería “El amor es…(¡Mierda!, Tengo cáncer). Me parece un testimonio de una médico y paciente de cáncer francamente bonito, positivo y esperanzador. Creo que merece la pena ser leído en toda su extensión.

La semana pasada escribí acerca de cómo nuestro mundo está regido por el amor, y esta semana las circunstancias conspiraron para mostrarme lo cierto que es en realidad.

Amor es cuando hace una semana voy a la sala de urgencias de la UCLA (Universidad de California), donde trabajo, por una tos y una sensación de que “algo no va bien”, y aunque mis molestias eran leves, me llevaron bien y fui tratada con respeto.


Amor es cuando la radiografía de tórax sobreviene con algunos hallazgos anormales, y en la sala de urgencias me señalan una masa difusa en el pecho y acumulaciones de líquido alrededor de mis pulmones. “Podría no ser nada “, me dicen, ” pero tenemos que hacer una TAC en este momento”.  

(Mi TAC con contraste, vista sagital .’A’ es el frente, P’ es la parte posterior, y el punto luminoso en el centro es el corazón)


Amor es cuando la TAC viene de vuelta, y el médico que me asiste, con suavidad , se sienta en la camilla junto a mí y me pregunta si me gustaría leerlo con él. Él dice que no es un radiólogo, pero sabe que yo quisiera ver los resultados tan pronto como sea posible.


Señala las colecciones líquidas (llamadas derrame pleural) y algunas notas de los ganglios agrandados. Luego se señala una gran masa en mi anterior del tórax que mide 18x11x7 centímetros.


Yo le pregunto: “¿Esto es malo verdad? Es linfoma, ¿no es así ?” Dice que no me puede decir a ciencia cierta, que voy a necesitar una biopsia lo antes posible. Me pongo a llorar. Le digo que esto no era lo que yo esperaba cuando llegué a urgencias. Me pregunta si hay alguien a quien necesite llamar, y yo le digo que mi teléfono móvil no tiene cobertura allí. Él me ofrece su teléfono.


Amor es cuando mi amiga Marya viene a urgencias para estar conmigo y luego compartir un poco de té en Starbucks cuando me han dado de alta, a pesar de que es medianoche y ella es una residente de anestesiología que probablemente se tenía que levantar a las 6 de la mañana del día siguiente.


Amor es cuando voy a casa y me despierto en mitad de la noche con la sangre coagulada, un dolor punzante en el brazo, y el pánico de que el tumor esté ocluyendo un vaso sanguíneo o un nervio, gritando a mi novio para que llamara al 911. Le oigo sollozar en el teléfono y le digo que pare porque es demasiado duro para mí verle tan asustado. Él me grita : ¡Yo no puedo perderte!


Amor es cuando me voy de nuevo a la sala de urgencias y aunque ellos no pueden saber lo que causó el dolor, agilizan mi biopsia y me ingresan en el hospital.


Amor es cuando estoy dada de alta de nuevo, pero otra residente de UCLA, Becky, que se está especializando en Hematología Clínica y que conocí en la Facultad de Medicina, se entera de mi caso. Ella me hizo llamarla aquella noche, y movió montañas para que me ingresaran en el hospital a la mañana siguiente en el Servicio de Oncohematología para el diagnóstico y el tratamiento.


Ella envía correos electrónicos a los jefes de Medicina Interna, a los residentes de Urgencias y a todos los especialistas de Hemato-Oncología de la UCLA para arreglar mi admisión y acelerar las pruebas. A pesar de que hay una semana de espera para conseguir una exploración PET, me consigue una para el día siguiente. Mi biopsia de médula ósea se realiza justo después. Todos los residentes, compañeros, y asistentes con los que hablo me dicen que Becky les envió un correo electrónico pidiéndoles una atención especial para mí. Ni siquiera la conozco bien, pero podría haberme salvado la vida.


Amor es cuando tantos amigos y colegas me visitan que estoy rápidamente apodaron “La paciente más popular del hospital”.


Amor es cuando mi novio, Peter, no ha dejado de estar a mi lado ni una sola noche y se ha sido dormir en una minicama hinchable, a pesar de que él es muy alto y por lo general se queja por dormir en una cama algo más pequeña que una “California King” (cama grande de matrimonio).

(Peter al lado de mi cama)

Amor es cuando mis padres vuelan de inmediato a Los Ángeles desde el Área de la Bahía para estar conmigo en el hospital. Mi madre, una patóloga, llama al laboratorio directamente para leer los cristales con el patólogo que está a cargo de mi caso.

Amor es cuando casi todos los médicos asistentes de Oncología, que trabajan en la UCLA vienen a visitarme y estar al tanto, a pesar de que no es parte de trabajo y no están oficialmente al cargo de mi caso.


Amor es cuando cada persona del “staff” del hospital, desde la enfermería, a cualquier otro personal no sanitario, me tratan con amabilidad y compasión. 

(Mi quimioterapia)

Amor es cuando me dan la noticia de que la biopsia no es un linfoma de Hodgkin o linfoma difuso de células B como yo esperaba, que es un tipo más raro, más difícil de tratar, un tipo de cáncer llamado linfoma linfoblástico agudo de células T. Se ha propagado a las paredes de los pulmones y a varios grupos de ganglios linfáticos, por lo que estoy en un estadio IV. Se requerirán entre 6-8 meses de quimioterapia intensiva en el hospital, y hasta dos años y medio de quimioterapia de mantenimiento intensivo después de eso.

A diferencia de los regímenes de quimioterapia para el linfoma clásico o el de células B, éste me hará infértil por destruir mis ovarios. El oncólogo tenía una paciente que tuvo mellizos después de esta quimioterapia, pero eso era una rara excepción. Podría estar en el hospital durante el próximo mes si tengo neutropenia (un sistema inmunitario debilitado) por el tratamiento.


El oncólogo se está casi una hora con mi familia y conmigo para hablar sobre el diagnóstico y plan de tratamiento, a pesar de que yo le hago las mismas preguntas una y otra vez porque mi mente está muy abrumada.


Amor es cuando me dan la opción de esperar dos semanas para comenzar la quimioterapia para hacer una vitrificación de óvulos para preservar mi fertilidad. Pero me dicen que todo el tumor probablemente creció en sólo 6 semanas, así que esto podría ser muy peligroso ya que el cáncer ocluye mis vasos sanguíneos y los pulmones, por lo que es difícil para mí respirar. Mi novio me abraza y me pide que no me espere. Me dice: “Es como poner la máscara de oxígeno a ti primero. Te necesito más de lo que necesito a nuestro futuro hijo”.


Amor es cuando al día siguiente, cuando me visita el compañero de oncohematología, empiezo a llorar porque nunca voy a ser capaz de tener hijos. Se sienta a mi lado en la cama del hospital, sostiene mi mano, y con lágrimas en los ojos, me dice, “Nada es al 100% “


Amor es cuando ese día, yo decido elegir el curso de mi enfermedad. Escribo en un pedazo de papel, que tengo el linfoma linfoblástico agudo de células T. Esto es lo que sé que es verdad.

  1. No voy a estar en neutropénicos y seré dada de alta del hospital a finales de la semana. 
  2. La biopsia de médula ósea será negativa.
  3. Mi cáncer responderá tan rápidamente a la quimioterapia que sólo voy a necesitar los 6-8 meses de quimioterapia intensiva, y no los 2 años y medio de la quimioterapia de mantenimiento.
  4. Voy a ser una entre mil que resulta fértil después de esta quimioterapia y tendré un hijo.

(Mi nuevo corte de pelo)
 

Amor es cuando, sabiendo que mi pelo largo pronto caerá , decido tener un estilista que acude al hospital para cortarme el pelo de forma preventiva para que pueda ser utilizado para una peluca. Llega el domingo por la noche, después de un día completo de trabajo, la noche antes de que él se supone que salir de la ciudad para las vacaciones de invierno. Él me da un corte de pelo impresionante. Se niega a aceptar cualquier pago.
 

Amor es cuando mi ex-compañera de habitación y mejor amiga de la Facultad de Medicina, Julie, ofrece a cortarse el pelo largo y castaño en solidaridad, y como contribución a mi peluca.
 

Amor es cuando al día siguiente me dan los resultados de que mi biopsia de médula ósea es negativa, y que no se ha leucemizado mi linfoma.
 

Amor es cuando, al día siguiente, mis análisis sanguíneos son tan buenos que me dicen que podría salir de aquí el viernes.

Amor es cuando un evento tan trágico me ha mostrado la cantidad de gente que tiene interés en mí profundamente y me sostiene en sus corazones, mostrando su preocupación a través de visitas, llamadas telefónicas, textos, correos electrónicos, mensajes a través de la familia, y regalos de corazón. Por ignorancia, no me había dado cuenta antes de que esto era cierto.

 (Yo pasando el tiempo con mis amigos en la habitación del hospital. No es tan malo, ¿verdad?)

Amor es cuando siento un deseo urgente de ponerme bien para que yo pueda seguir haciendo el trabajo que estoy destinada a hacer, aquí en este blog y en mis relaciones con los pacientes, la promoción de una imagen positiva e integradora de la psiquiatría, un campo que me preocupa mucho. Voy a estar bien para mí, pero estaré bien para ti, también.

Amor es cuando me doy cuenta de mi pasión por la vida supera con creces el miedo a la enfermedad o a su tratamiento.


Amor es cuando sé que este tipo de cáncer me hará daño, y va a hacer que me enferme, pero no me va a matar.  

El amor es demasiado fuerte como para no vivir.

Estoy aquí por amor.

Les dejo con un video de Gabrielle Alpin: The Power of Love (El Poder del Amor)

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La radioterapia en el cáncer de pulmón 5/5 (4)

El cáncer de pulmón es uno de los tumores más frecuentes, especialmente entre la población fumadora y su diagnóstico casi siempre es tardío, pues los síntomas que presenta el paciente son similares a patologías más comunes como es el caso de la bronquitis crónica o EPOC. En ocasiones el tumor será operable de entrada, derivándose el caso a un cirujano torácico. Puede ser que el tumor sea potencialmente operable tras una quimioterapia llamada de inducción, para reducir el tumor y hacerlo operable. En muchos casos esto no será posible y deberemos hacer un tratamiento combinado de quimio y radioterapia para erradicar el tumor. También es posible que el tumor no sea muy grande, pero la edad o las enfermedades concurrentes del paciente desaconsejen la cirugía. En estos casos también tiene cabida la radioterapia. Por último, si el paciente ha sido operado, pero el análisis de lo extraído muestra factores de riesgo importantes de recaída es posible que también se le indique hacer un tratamiento adyuvante (complementario) de quimio y radioterapia secuencial. Voy a tratar de explicar paso a paso cómo realizamos el proceso del tratamiento con radiaciones en los pacientes afectados de cáncer pulmonar.

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